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jueves, 15 de octubre de 2009

Crónicas de astrólogos y tarotistas.

Doy por hecho que mis compañeros de Tarot y Astrología al igual que yo se involucran en las consulta.
Todos -aunque no lo creáis- realizamos un trabajo de igual calidad o por lo menos intentamos que la tenga. Como somos humanos y no dioses ni Ángeles –ni tampoco seres especiales- estamos sujetos a los errores de la humana condición; así que podemos equivocarnos, tener un mal día, prejuzgar o ser subjetivos en nuestra apreciación del tema consultado…en fin, nadie es perfecto.
Y estoy segura de que ellos igual que yo, han debido encontrarse ante situaciones, conversaciones, consultas y consultantes parecidos. Por tanto creo que puedo hablar también en nombre de ellos. Y si alguno piensa que me excedo en esto, le ruego me disculpe.
Mi escrito es para explicaros un poco nuestro trabajo. Un trabajo menospreciado por muchos, hasta hace poco escarnecido y en tiempos hostigado.
La visión que se tiene sobre el astrologo y el interprete o lector del Tarot (lo siento, sigue sin gustarme la palabra “tarotista” ¿Quién se la inventaría?) ha empezado a mejorar un poco; aunque todavía estamos catalogados en dos puntos extremos: o somos un/a brujo/bruja grotesco de feria o se nos contempla como si fuéramos una especie de espíritu ajeno, portador de los oscuros designios del destino y que está en línea directa con las jerarquías divinas.
Por favor, señoras y señores, somos humanos como vosotros: comemos, dormimos, enfermamos, y otras muchas cosas más. En todos estos años que llevo trabajando en esta profesión aun no me he encontrado con nadie que levite en lugar de caminar.
Y además NOS EQUIVOCAMOS.
¿No se equivocan los profesionales muy especializados de otras materias?
Por supuesto que siempre se encuentra en este gremio a personajes que gustan de ser considerados por encima de la común humanidad. Pero ególatras los hay en todas las profesiones.
La mayor parte del público piensa que el trabajo en una línea de asistencia telefónica donde se brindan servicios de consulta en el Tarot o en la Astrología, es agradable, cómodo y de poco esfuerzo, en lo económico un negocio algo fraudulento, de contenidos triviales, por supuesto de personajes desenfadados, y en general un expositor de historias intrascendentes.
Sin embargo casi todos nosotros hemos debido pasar años preparándonos para esta labor. Cierto que estos no son estudios ortodoxos, pero nadie nos quita el tiempo dedicado.
Ante según que consultas, a veces debemos emplear altas dosis de paciencia.
Y a veces nos tenemos que callar. Callarnos incluso ante historias que nos incomodan. Está claro que además existe una privacidad que debemos respetar, porque lo exige la normativa vigente y porque existe algo llamado “código de ética”.
Un día de estos os explicaré alguna historia.
Mientras tanto saber que yo soy una señora de lo más común, vulgar y corriente, y que además me gusta serlo. Que tengo las mismas idénticas necesidades, felicidades, tristezas, insatisfacciones o penurias que vosotros, que hoy estoy resfriada y... que una gota colgando de la punta de mi nariz no queda nada apropiado para una "pitonisa o tarotista (como os guste más)" en funciones.

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