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lunes, 9 de noviembre de 2009

Crónicas de astrólogos y tarotistas (2)

Soy una profesional de la Astrología y de la lectura del Tarot y trabajo a través del teléfono. Una profesional exponente de un trabajo bastante criticado, ridiculizado y oculto por muchos de sus practicantes. Yo muestro mi cara.


Casi todos piensan que el trabajo en una línea de asistencia telefónica, en donde se brindan servicios de Tarot o Astrología que casi siempre consisten en la petición de un consejo sobre el amor, la pareja, la fidelidad, las relaciones, el engaño, los desamores… es un negocio fraudulento, agradable y fácil para el que lo práctica, de contenidos ligeros, por supuesto de personajes desenfadados, y -en general- un expositor de historias intrascendentes.
Se parte de la base de que los intérpretes del Tarot mentimos o estafamos. La Astrología se salva un poco de la quema, pero por ahí anda cerca.


Me atreveré a hablar por muchos de mis compañeros de profesión, ya que se porque lo he visto y apreciado, que todos -con videncia o sin videncia, aunque no lo creáis- intentan efectuar un trabajo de calidad.
Estoy segura de que ellos igual que yo, han debido encontrarse ante situaciones, preguntas, consultas y consultantes parecidos. Así que creo que puedo hablar también en nombre de ellos. Pero si alguno piensa que me excedo en esto, le ruego me disculpe.


Casi todos nosotros hemos debido pasar algún tiempo preparándonos para esta labor. Cierto que estos no son estudios ortodoxos, pero nadie nos quita el tiempo dedicado.
Debemos mostrarnos serenos pero, ante según que consultas, a veces necesitamos elevadas dosis de paciencia. Y a veces nos tenemos que callar. Callarnos incluso ante historias que nos incomodan, porque no siempre nos hablan del sueño de un amor feliz.


Es obligado el silencio porque está claro que existe una privacidad que debemos respetar; porque lo exige nuestra profesionalidad, la delicadeza debida a nuestro interlocutor consultante, el respeto a la normativa vigente y porque existe algo llamado código de ética. Aunque a veces apetece hablar en lugar de pasar en silencio.
Es ante una de estas historias, que os voy a explicar ahora, en la que me he tenido que callar cortésmente.


Esta consulta me llegó a través de una línea de 806, pero no voy a daros a conocer que gabinete es, tan solo que es uno de los mas populares en el medio televisivo. Y como dato curioso os diré que este tipo de consultas (las que no tratan de un amor complaciente) nunca salen en directo por televisión, no me preguntéis porque, no lo se.

Mi consultante se llamaba “…” y era un Géminis de 42 años. Revelando estos datos creo que no perjudicaré su anonimato; aunque espero que lea esto, que se reconozca en la historia, y ya de paso, quizás le identifique también la mujer, la niña porque es muy joven, que está con el.


Lo siguiente transcribe la síntesis de nuestra conversación, aunque el texto entrecomillado podéis considerarlo como su expresión literal.
Géminis es un señor soltero por convicción y me explica que no se ha casado nunca ni deseado esposa ni hijos, porque “le fastidia tal compromiso”, y además no siente necesidad de tener pareja, porque “para mujeres dispuestas siempre se encuentra algo…” y si no las hubiera “¡con cincuenta euros se soluciona la cosa!”.

Este señor es formal, muy serio y respetado en la localidad en donde viven y, por supuesto, desea seguir siéndolo. Le asusta imaginar “lo que pensarían sus vecinos” si descubrieran la relación sexual furtiva que mantiene con su juvenil amante. Comenzó la relación con “su vecinita” hace tres años, cuando ella tenía 16 o quizá menos. Y la relación fue siguiendo hasta hoy y hasta un punto en que ella (ahora con 19 años) permanece “enganchada” a él “y siempre vuelve”.


Géminis empieza a temer que ella no se vaya nunca y tenga otras pretensiones que vayan más allá del revolcón. Argumenta, y esa es su preocupación principal, que “le alarma que lo descubran los vecinos de su entorno, que al final pueden llegar a imaginárselo…”.
Por si no le hubiera entendido bien me aclara que “ahora no sabe que hacer para quitársela de encima”.
Así que su consulta no era por el amor de la niña, sino por saber si la niña encontraría el amor en los brazos de otro novio, que es lo que el “le aconseja bondadosa y paternalmente”; con la mejor de las intenciones y al parecer con éxito, porque ella que -según el comenta- “parece un poco perdida”, ha iniciado el desfile de un chico tras otro.



En el transcurso de la historia me explicó también otro “detallito sin importancia” y esto surgió casualmente, y tan solo porque debió darme un flash de videncia protectora e insinué las medidas para evitar un posible embarazo.
Al oír esto Géminis me adjudicó sin falta el titulo de vidente titulada, porque si, cuando la nena contaba 17 años la dejó preñada. El, caballerosamente, pagó el aborto y, aparte de desembolsar el importe de la operación, “que le costo su buen dinero”, solo tuvo que “persuadirla para que ella sustrajera el DNI de la madre y falsificara la firma”.
Hecho lo cual, la cosa se llevó a cabo con la mayor discreción. Porque en si, me disertó elocuentemente Géminis,
“el aborto no es traumático ni perjudica para nada a esas edades jóvenes, porque la chica ni se entera de lo que hace ¿sabes?…”.

Así que, aquí no pasa nada, esto es algo de lo más normal. La chica luego volvió a sus estudios y actividades, tan tranquila como si le hubieran realizado una ortodoncia.

No se como acaba el resto de la historia porque corte la comunicación, así que no puedo explicaros más.


Ahora solo espero que este escrito, una muestra modelo de una consulta y de nuestro trabajo , sirva a dos propósitos. El primero que es el de explicaros cual es una de nuestras funciones, la del consultor telefónico de Tarot o Astrología, que en mi opinión es la principal: NOSOTROS ESCUCHAMOS LO QUE OTROS NO QUIEREN O NO PUEDEN ESCUCHAR. Es más, de vez en cuando tenemos que oir como un señor “maduro” (vosotros darle el calificativo que os parezca) nos explica esta u otra historia parecida.


Y el segundo de mis propósitos es la esperanza de que esta chica, de la cual solo se que pertenece al signo de Tauro, lea este texto, reconozca a este señor amigo y vecino de toda la vida que “es tan amable…considerado…tan cariñoso…” y se decida a hablar para explicarle a alguien todo lo que ha pasado, porque creo que quizás lo necesite.

Tal vez ella no lee esto, pero si lo hace alguna chica que esté en parecida situación, decirle lo mismo: NO CALLES.
Y quizá este sitio no es el mejor para exponer esta historia…pero quien sabe, tal vez sea el más adecuado para que sus protagonistas se contemplen.

Gracias por leer este texto.

1 comentario:

Unknown dijo...

Me alegra muchísimo ver un blog tan serio. Enhorabuena!! Pilar